Perdida de la información
La pérdida de información sensible puede producirse accidental o malintencionadamente, pero, en cualquier caso, puede y suele acarrear un daño económico y de prestigio, afectando a la empresa y su marca asociada.
Realmente es más sencillo de lo que parece perder información sensible o dejarla expuesta a diferentes riesgos y amenazas. ¿Quién, por ejemplo, no ha enviado algún correo electrónico a un destinatario erróneo? No es muy atrevido decir que puede ser una situación usual en cualquier persona que utilice de forma intensiva el correo electrónico, aunque sea enviando información poco relevante.
Pero, ¿qué sucedería si la información enviada en ese correo electrónico fuese confidencial para la empresa?, ¿y si la transmisión de esa información sin el consentimiento del propietario de la misma estuviera incumpliendo alguna ley? Pues probablemente tendríamos un serio problema, bien porque dicha información confidencial pudiera caer en manos de nuestra competencia o en las de posibles ciberdelincuentes.
REFERENCIAS: